Juan Eduardo Naranjo Osorio tiene 29 años, su infancia y
adolescencia las vivió en Maipú, en el sector de Rinconada con La Galaxia.
Gracias a un taller municipal se acercó a las artes marciales y hoy compite en
varias disciplinas en Brasil, allí fue incluso campeón del estado en Río de
Janeiro. Actualmente busca apoyos y recursos para su profesionalización, aunque
ya vive totalmente dedicado a su sueño. Hace unas semanas compartió su
historia en redes sociales y generó un gran interés dentro de la comuna. Desde
el Frente Cultural lo contactamos y conocimos algo más sobre su vida llena de combates y
peleas ganadas. No solamente a rivales de carne y hueso, también a la
adversidad e incluso a la depresión…
Cuéntanos sobre las
diversas disciplinas que practicas, ¿cómo y cuándo te iniciaste en ellas?
La verdad es que empecé tarde a practicar artes marciales, a
los diecinueve, estaba en mi segundo año de universidad, estudiando pedagogía
en lenguaje. Comencé a entrenar el 2007 en el taller municipal de KICK BOXING,
en Maipú, dado por el profesor Juan Carlos Arévalo, mi formador, ahí entrené hasta
el 2010. Por diversas razones, y principalmente, una lesión de hombro, un
esquince de rodilla y una fractura en la mano dejé el deporte por 3 años,
realmente pensé que jamás volvería a entrenar. A finales del 2013 ya recuperado
de mis lesiones, iba trotando después del trabajo y me encontré con mi profe, ahí
él me dijo que volviera a entrenar, volví, me preparé dos años para poder
competir, no fue fácil pues vivía solo, tenía que trabajar, estudiar, hacerme
cargo de mi casa y entrenar. El 2015 fue un año difícil, apenas daba para
mantenerme, estaba en mi último año de universidad, segunda casa de estudio,
tesis, dando clases en el CTP, colapsé y me fue mal, después de una
movilización de la universidad caí en mi primera causal de eliminación. Fui
expulsado, me diagnosticaron depresión, mi polola de ese
momento estaba embarazada y perdimos el hijo que esperábamos. Con todas esas
cosas en la cabeza tomé la decisión de dedicarme cien por ciento al deporte.
¿De qué manera
llegaste a Brasil?
Mi primera pelea dedicado 100 % a esto la gané por KO a un
peleador con 15 kilos más que yo, peleé de nuevo y me robaron la pelea, fue un
traspié. En febrero del 2016 se me dio la oportunidad de viajar a Brasil para
ver a Colo-Colo en un partido de copa Libertadores, ahí fue cuando pensé matar
dos pájaros de un tiro, sin duda necesitaba un nuevo aire, tomé mi mochila,
pagué solamente el pasaje de ida en un bus de la barra y me fui, estando allá,
le dije a la gente que me quedaría, me preguntaron que cómo lo iba a hacer si casi
no tenía plata (perdí lo poco que tenía el primer día) les dije que me quedaría
a la fe, encontré un gimnasio, ocupé la única plata que me quedaba, un poco que
me dejaron mis amigos y pagué el gimnasio por dos semanas, dormí tras eso un
par de días en la calle, pero ahí le pregunte al dueño del gimnasio, presidente
de la Federación de Muay Thai de Rio do Janeiro, si él sabía dónde podía
quedarme al costo más bajo que se pudiera, me dijo que podía dormir en el
gimnasio, pasaron los días y comencé a pagar mi estadía haciendo el aseo de la
academia en las noches.
Imagino que no fue un
camino fácil… Por otra parte, ¿en qué punto comenzaste a competir?
Cuando ya tenía que partir, el dueño y maestro del gimnasio
en Brasil, la academia Art Fighters, me preguntó si quería pelear, si quería
competir. Le dije que ya no tenía para pagar el gym ni tenía para comer, él me
dijo textual “No te preocupes, solo entrena” … Fue una pelea amateur de Muay
Thai, una disciplina diferente a la mía, me preparé un mes, gane por KO en mi
debut, les gusté a los brasileños, tras eso me invitaron a varios eventos más,
debuté en MMA, participé en un Grand Prix, que reunía peleadores de todo Río de
Janeiro (profesionales, semipro y amateurs, por eso pude participar, aún no me profesionalizaba),
10 en total. Me coroné como campeón del Estado, peleando 3 veces el mismo día,
en la semifinal le gané al dueño de casa y en la final al favorito. Este año
comencé a formarme en muay thai y jiu-jitsu brasileño, soy además cinturón
negro de kick boxing y fullcontact.
¿Qué tal esa experiencia
como Campeón en Río de Janeiro?
Debe ser una de las mejores cosas que me ha pasado en la
vida, sin embargo, para mí, para mi sueño, esto es solamente un pequeño paso, ya que
quiero llegar a las grandes ligas a nivel mundial, sé que tengo el talento, la
dedicación y la disciplina para conseguirlo, sólo falta mejorar las condiciones
materiales.
En Maipú en
particular y Chile en general muchos éxitos deportivos son más resultado de
esfuerzos personales que de políticas públicas. ¿Ha sido ese tu caso?
Precisamente, la verdad es que lo logrado ha sido más que
nada un esfuerzo personal, aunque debo reconocer que me formé en artes
marciales y nació mi interés en estas disciplinas gracias al taller municipal
de la comuna de Maipú
¿En qué estás ahora y
cuáles son tus proyecciones?
Estoy ahora por un par de meses entrenando en Brasil muay
thai y jiu-jitsu brasileño, esperando cerrar un par de peleas antes de volver a
Chile. Con el título que gané, se abrió la posibilidad de participar en un
mundial en Suiza en septiembre, pero no sé aún, lo que sé es que quiero probar
suerte en Estados Unidos, Europa o Asia, quiero ser campeón del mundo.
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